¿No os ha pasado alguna vez que cuando observáis la naturaleza en todo su esplendor, os sentís pequeñas criaturas ante tan inmenso y hermoso panorama?

Pues bien, esa inmensidad son los dedos de los dioses en formas de cielo, sol, viento, agua, montes, arboles y colores. Cada amanecer, como también el sonido del agua en el rio, como los rosados dedos de la bella aurora del amanecer etc., nos están diciendo que tengamos buen ánimo y una grata felicidad; que salgamos de nuestros sólidos egoísmos y miremos alrededor nuestro, para ver, sentir, oír y gustar, como se hace patente y con cuanta hermosura se nos muestra Dios y sus hijos, los dioses menores a esta ingrata y torpe humanidad.

Grecia antaño nos regala la sorpresa filosófica, mediante el canto, el teatro  y la poesía de esos seres intermedios que ayudan al Creador a hacernos siempre la vida un algo más bella y maravillosa de lo que es, pues nos inspiran mediante las conocidas artes, las letras, la música y los bellos colores con los que se visten cada día los semidioses, los fenómenos naturales de la Naturaleza.

Detrás de cada fenómeno natural que nos rodea, se encuentran los dedos de Dios, QUE NO DEJA DE CREAR JAMÁS, al menos hasta aquel dia en que entremos en «Su Descanso». Gracias.


Bella Naturaleza

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