Hemos llegado a una línea divisoria en la historia. El mundo que hemos creado ya no es sostenible: o cambia o se destruirá. La pregunta ya no es si habrá un cambio, sino cuándo ocurrirá y a qué precio.
Dadas las tendencias actuales en demografía, consumo de recursos, militarización, disparidades en estilos de vida y distribución de la riqueza, así como en la degradación del medio ambiente, nuestro futuro ya no está asegurado. Mientras que, por un lado, podríamos pavimentar el camino hacia un sistema de organización social, económica y política que fuese pacífico y capaz de asegurar un nivel adecuado de sostenibilidad del ambiente que sirve de soporte a la vida humana, por el otro lado nos podemos hallar en un camino descendente hacia la propagación del terrorismo, el crimen y la guerra, con crecientes choques culturales, conflictos políticos, degeneración ecológica y más y más catástrofes naturales producidas por el hombre. La opción todavía está abierta en este punto en el tiempo y esto merece una profunda reflexión.
Por Ervin Laszlo
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